Termorregulación en recién nacidos

Importancia de la termorregulación en recién nacidos

Los primeros segundos del recién nacido son de vital importancia para su seguridad y bienestar, y la termorregulación es uno de los aspectos más importantes del cuidado neonatal y de la adaptación a la vida extrauterina.

Según la Fundación Europea para el Cuidado de los Recién Nacidos, la hipotermia es un problema grave a nivel mundial cuya ocurrencia oscila entre el 26 y 74% de los recién nacidos al ingreso de la Unidad de Cuidados Neonatales, y cuanto más pequeño y prematuro sea el bebé, mayores son los riesgos de mortalidad y morbilidad. De esta manera, el control de la temperatura corporal se vuelve una tarea especialmente esencial del cuidado neonatal.

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¿Cuáles son las causas más comunes que hacen que el bebé pierda calor? 

Los bebés prematuros enfrentan desafíos en la regulación de su temperatura corporal debido a diversos factores asociados con su desarrollo incompleto, como la escasa presencia de grasa subcutánea, el sistema nervioso central aún en proceso de maduración, una menor actividad metabólica, una capacidad limitada para temblar y una piel inmadura. Estas limitaciones comprometen su capacidad para mantener una temperatura corporal estable, aumentando el riesgo de hipotermia

Por todo esto, resulta crucial destacar la importancia de las precauciones específicas en la UCIN para garantizar un entorno óptimo, prevenir complicaciones asociadas, y comprender las causas de las pérdidas de temperatura:

  • Evaporación: esta es una de las principales causas de pérdida de calor de los neonatos y consiste en una pérdida de agua que se produce a través de la piel o de las vías respiratorias, la cual provoca una disminución de calor de 0,6 kcal por cada gramo de pérdida de agua corporal. Para evitarla, en el paritorio, se debe secar y envolver al bebé en una toalla previamente calentada. Aquellos nacidos antes de las 32 semanas, no deben secarse, sino colocarse directamente en una bolsa de plástico. Además, es importante tener en cuenta la humedad del aire de las incubadoras y disponer de humidificación de los gases en los circuitos de los aparatos de soporte respiratorio.
  • Radiación: este mecanismo consiste en la transmisión de energía calorífica en forma de ondas electromagnéticas a través de las superficies corporales. Esta energía transferida por la radiación provoca cambios en la temperatura corporal en función de la tasa de pérdida de calor y la diferencia de temperatura entre la piel y la superficie radiante. Por lo que el bebé puede perder calor si se lo sitúa cerca de superficies frías y, de igual manera, se pueden calentar mediante un calefactor o la luz del sol de una ventana. 
  • Conducción: esta pérdida de calor se produce cuando el bebé pierde calor por entrar en contacto con una superficie u objetos fríos, como una manta fría o estetoscopio, exposición a fluidos o al aire de temperatura inferior. El precalentamiento de las superficies y fluidos minimiza la pérdida de calor por este mecanismo. 
  • Convección: el movimiento de aire o de un fluido sobre el cuerpo de un bebé, que sea inferior a la temperatura de su piel puede provocar la pérdida de calor por convección. Al desplazar al neonato a través del aire frío, el calor escapa fácilmente de la piel, calienta el aire a su alrededor y es arrastrado por nuevo aire frío o por agua. Los laterales elevados de las cunas pueden ayudar a evitar las corrientes y las pérdidas de calor por convección. 

Cómo mantener la temperatura: salas de parto, recepción y UCIN

La termorregulación es una función fisiológica crítica en el neonato ligada a la sobrevida, a su estado de salud y a la morbilidad asociada. Es la habilidad de mantener el equilibrio entre la producción y la pérdida de calor para que la temperatura corporal esté dentro de cierto rango normal. 

Para garantizar la seguridad de los neonatos, se debe tener en cuenta que los valores normales de temperatura de un recién nacido a término, considerando la zona axilar y rectal, son de 36,5 a 37,5 grados centígrados y, con respecto a la piel abdominal, es de 36,0 a 36,5 grados. En cuanto a la temperatura ambiental, se recomienda mantener de 24 a 26 grados para alcanzar un ambiente térmico neutro, es decir, un ambiente idealizado que se encuentra en un rango de temperatura en el cual la temperatura corporal pueda estar dentro de los valores normales. Así, el niño se encuentra en equilibrio térmico con el ambiente.  

"Mantener la temperatura de un bebé dentro del rango normal al nacer es una de las tareas más importantes de los profesionales sanitarios. Es especialmente importante en las primeras horas de vida, sobre todo si los bebés son prematuros o muy pequeños."
 
Fuente: Dr. Mark Johnson Neonatólogo, Profesor Honorario de Medicina Neonatal, Director clínico de Neonatología.

Las medidas a tomar para lograr la estabilidad térmica y prevenir la hipotermia son las siguientes:

  • Durante la primera hora: mantener la sala de parto dentro de las temperaturas recomendadas por la OMS, es decir, 26ºC para bebés de menos de 28 semanas y al menos 25ºC para todos los nacimientos. También se debe secar, envolver y colocar un gorro inmediatamente a los bebés nacidos después de las 32 semanas de gestación o, como alternativa, colocar al niño sobre la madre y cubrir a ambos con una toalla caliente y seca. Se debe cubrir el cuerpo de los neonatos menores a 32 semanas con un envoltorio de polietileno sin haberse secado previamente y, los bebés prematuros, deben ser colocados bajo un calefactor para evitar la pérdida de calor por radiación y conducción. Los bebés deben estar protegidos de las corrientes de aire, los objetos en contacto directo deben calentarse previamente y los niños no deben colocarse cerca de una pared fría o ventana para evitar la pérdida de calor por radiación. 
  • De una a seis horas: en la estabilización y transferencia, algunos bebés, especialmente aquellos nacidos antes de las 32 semanas de gestación, pueden necesitar gases calentados y humidificados para mantener una temperatura de 36,5ºC y 37,5ºC para evitar la pérdida de calor por evaporación. Se deben minimizar los cambios de incubadora para evitar todo tipo de pérdida de calor, tanto para el transporte intrahospitalario como extrahospitalario. En caso de no ser posible, la incubadora de transporte y la definitiva deben estar precalentadas. Además, durante la estabilización y transferencia, la incubadora solo debe abrirse para intervenciones absolutamente necesarias. 
  • De una hora a los siguientes días: los estudios han demostrado que el uso de la incubadora con pared doble es mejor que el de aquella de una sola pared para reducir la pérdida de calor. Se debe utilizar la incubadora en la modalidad de trabajo más adecuada para cada paciente. Con respecto a la humedad, un entorno húmedo mejora la estabilidad térmica, el equilibrio de líquidos, electrolitos y la integridad de la piel del prematuro. La temperatura central (abdominal) y periférica (pie) de los neonatos debe controlarse continuamente. Por último, siempre que sea posible, todas las intervenciones y cuidados del bebé deben realizarse a través de la puerta de la incubadora, a menos que se utilice un calefactor radiante como parte de una incubadora híbrida. 

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Método piel con piel: beneficios tanto para el bebé como para el adulto

La aplicación del método piel con piel o madre canguro desempeña un papel crucial en el cuidado de bebés prematuros, brindando notables beneficios en la regulación térmica. Para asegurar su eficacia sin comprometer la temperatura del recién nacido, es esencial implementar estrategias cuidadosas, tales como asegurar un entorno cálido y el uso de mantas térmicas. La monitorización constante y el mantenimiento del contacto piel con piel, incluso durante procedimientos médicos, resultan fundamentales. Se promueve esta práctica siempre que sea posible, favoreciendo la termorregulación, el apego y la participación parental. Es vital considerar que para bebés extremadamente prematuros, esta práctica puede requerir tiempo, respetando su transición a la vida extrauterina. Combinar estas estrategias destaca un enfoque integral adaptado a cada bebé prematuro, promoviendo su salud y desarrollo.

Como hemos mencionado antes, las incubadoras son imprescindibles para apoyar la labor de los profesionales en los primeros cuidados del bebé. Estas proporcionan el ambiente adecuado para el desarrollo de los neonatos prematuros, asegurando su madurez en un entorno seguro. 

Las líneas de incubadoras Leex, brindan excelencia en cada detalle, permitiendo a los profesionales trabajar con comodidad gracias a su diseño ergonómico y su tecnología de vanguardia que garantiza el mejor cuidado. Además, cuentan con doble pared, que han demostrado ser mejores a la hora de reducir la pérdida de calor que las de una sola, pantalla interactiva y elementos opcionales como una balanza digital integrada y oxigenación asistida, entre muchas más características que la vuelven la opción ideal para los recién nacidos.

Somos expertos en tecnología médica innovadora y de excelente calidad focalizada en neonatología. ¡Contáctanos para conocer esta y muchas más opciones de última generación!

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Fuentes
GUIA CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO EN INTERNACIÓN CONJUNTA - Hospital Provincial de Neuquén “Dr. Eduardo Castro Rendón”
Termorregulación en bebés prematuros - Fundación Europea para el Cuidado de los Recién Nacidos- EFCNI Academy - https://www.efcni.org/

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