Alarmas de los equipos médicos: Fatiga en el personal de la salud.
La fatiga por alarmas es una problemática que ha alertado a toda la comunidad médica y, en los últimos años, se ha convertido en una prioridad para los organismos reguladores de la seguridad. Esta ocurre cuando los usuarios se vuelven insensibles a las alarmas debido a un exceso de las mismas, provocando una respuesta demorada o nula que representa un riesgo para el personal de la salud y para la seguridad de los pacientes.
En el complejo escenario de las unidades de cuidados críticos, donde la seguridad del paciente se presenta como prioridad, resulta crucial identificar oportunamente esta fatiga para poder tomar las acciones necesarias para mitigar sus efectos.
Alarmas fisiológicas y técnicas
Las alarmas son una herramienta esencial ya que ayudan a garantizar la seguridad de los pacientes. Estas están diseñadas con el fin de advertir al personal sobre los cambios clínicos significativos para poder tomar acción en caso de ser necesario. No obstante, existen dos diferentes tipos de alarma y su distinción resulta imprescindible en las áreas críticas:
- Las alarmas fisiológicas son una notificación generada por un sistema de monitoreo clínico que indica un cambio significativo en los parámetros fisiológicos de un paciente. Estos parámetros pueden incluir la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno y la presión arterial, entre otros. La función principal de las alarmas fisiológicas es alertar al personal de atención médica sobre posibles problemas o condiciones críticas en el estado de salud del paciente, lo que permite una intervención oportuna.
- Las alarmas técnicas, por otro lado, se activan debido a problemas relacionados con el funcionamiento de los dispositivos o equipos médicos. Estas alarmas pueden deberse a fallas en la instrumentación, problemas de conectividad, o errores en el hardware o software de los equipos médicos. La alarma técnica busca notificar al personal sobre posibles problemas en los dispositivos para que puedan abordarse y corregirse, asegurando así el correcto funcionamiento de los equipos médicos y la integridad de los datos recolectados.
Según un estudio se pudo concluir que la fatiga de las alarmas puede tener graves consecuencias tanto para los pacientes como para el personal de enfermería. Es necesario introducir una estrategia para la gestión de alarmas y para medir el nivel de fatiga de las alertas. |
EL 85% de estas alarmas no requieren intervención clínica por parte del personal de salud, lo que genera fatiga y falta de respuesta cuando la alarma requiere de una acción determinada.
Anesthesia Patient Safety Foundation.
La constante saturación de alarmas afecta también a los pacientes, interfiriendo con su descanso y su recuperación. Esta situación destaca la falta de un plan de gestión de alarmas en cada servicio, obstaculizando su implementación coordinada y predefinida en entornos hospitalarios. Se necesita un enfoque integral y proactivo para mejorar la eficacia y la rapidez en la respuesta clínica cuando realmente se necesita.
Recomendaciones para mejorar la gestión: reduciendo la fatiga por alarmas
En Para mejorar la gestión de las clínicas y reducir la fatiga por alarmas, detallamos a continuación algunas recomendaciones que pueden ser de gran ayuda para facilitar la labor de los profesionales y para proteger a los pacientes:
1. Evaluación previa
Realizar un análisis completo de los parámetros fisiológicos y técnicos que generan alarmas, y establecer criterios claros para priorizar la gravedad de cada alerta.
2. Personalización de alarmas
Adaptar los umbrales de alarma a las características individuales de los pacientes y ajustar el sonido de las alarmas a niveles tolerables, reduciendo así las alarmas fisiológicas falsas o no aplicables
3. Capacitación del personal
Proporcionar entrenamiento periódico al personal de salud para interpretar correctamente las alarmas y comprender las acciones necesarias, incluir sesiones prácticas para mejorar la familiaridad con los equipos y sistemas de monitoreo.
4. Desarrollo de protocolos
Establecer protocolos detallados para la gestión de alarmas, definir responsables para que la ejecución sea efectiva e integrar la gestión de alarmas en los protocolos generales de atención clínica.
5. Mejora continua
Establecer un sistema de retroalimentación para que el personal informe sobre alarmas no aplicables o situaciones inesperadas, realizar revisiones periódicas y análisis de incidentes para mejorar continuamente los protocolos y ajustar las configuraciones según sea necesario.
6. Colaboración interdisciplinaria
Fomentar la colaboración entre equipos clínicos, técnicos y de mantenimiento para una gestión integral de las alarmas, promover reuniones regulares para revisar la eficacia de los procesos de gestión de alarmas y realizar ajustes según sea necesario.
Un ajuste efectivo a las alarmas clínicas ha sido la individualización de los parámetros de alarma para aumentar la precisión. Fuente: Anesthesia Patient Safety Foundation. |
El buen funcionamiento de los dispositivos es clave para poder garantizar el correcto monitoreo y advertencia de las alarmas. Los profesionales deben estar preparados para poder dar respuesta a las emergencias que puedan surgir durante un procedimiento y la tecnología debe contribuir y apoyar su labor.
Es importante contar con un proveedor como Leex, que acompañe en el correcto uso del equipamiento médico y los ayude a optimizar la gestión de alarmas, capacitando al personal sobre los riesgos y las mejores prácticas. Somos expertos en dispositivos médicos de vanguardia focalizados en emergencias médicas, neonatología, terapia intensiva y cirugía, y estamos comprometidos con brindar un servicio postventa de excelencia. ¡Contáctanos!
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