Desfibrilador: un equipo médico fundamental en situaciones de urgencia
Una correcta combinación de maniobras RCP y desfibrilación temprana es una opción efectiva para salvar a una persona después de un paro cardíaco. La resucitación cardiopulmonar ayuda a mantener el flujo de sangre hacia el corazón y el cerebro durante un cierto tiempo, pero solo la desfibrilación puede restaurar rápidamente el ritmo normal de este órgano.
Para poder reaccionar correctamente ante las emergencias, es vital que los profesionales de la salud sepan cómo utilizar este equipo de manera adecuada y ante qué eventualidades.
¿Qué eventos cardíacos requieren desfibrilación?
El desfibrilador es un equipo médico indispensable para atender una urgencia cardiorrespiratoria ocasionada por una fibrilación ventricular o una taquicardia ventricular sin pulso.
En ambos casos, el corazón produce ritmos cardíacos anormales –llamados arritmias– que le impiden bombear sangre. Por ello, cuanto antes se restablezca un ritmo normal, mayor será la probabilidad de que no se produzcan daños permanentes en el cerebro y otros órganos.
A diferencia de los ataques a causa de una obstrucción en una arteria, un paro cardíaco súbito sobreviene cuando hay una falla en el sistema eléctrico de dicho músculo. La única forma de readecuar ese ritmo es mediante una descarga eléctrica emitida por un desfibrilador.
Un 90% de los casos de fibrilación ventricular se pueden revertir si se realiza en el primer minuto. Fuente: Medicina Intensiva |
Estos equipos no son eficaces para tratar una disociación electromecánica, actividad eléctrica sin pulso, ni en patologías de asistolia, ya que allí no hay actividad eléctrica. En ambos casos, únicamente resulta preciso realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras se establecen otras medidas avanzadas.
Tipos de desfibriladores: ¿cómo se caracterizan?
La ciencia y tecnología médica ha evolucionado a pasos agigantados en las últimas décadas y dio lugar a nuevos equipos específicos para cada emergencia. Entre los diversos tipos de desfibriladores se encuentran:
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Desfibrilador automático implantable (DAI): un dispositivo electromédico similar a un marcapasos que es capaz de monitorear al paciente las 24 horas, detectar arritmias y aplicar una descarga de energía al corazón cuando resulta necesario. Además, posee una función de registro electrocardiográfico, con lo que graba las veces que actuó.
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Desfibrilador interno manual: son habituales en quirófanos o unidades de cuidados intensivos cardíacos. En una situación de extrema urgencia y con la caja torácica abierta, se utilizan palas internas para enviar la descarga eléctrica directamente al corazón.
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Desfibrilador externo manual: este instrumento requiere la formación y experiencia de personal sanitario calificado. El usuario tiene que reconocer los diferentes ritmos cardíacos para determinar manualmente el voltaje para administrar en el pecho del paciente mediante palas externas o electrodos adhesivos.
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Desfibrilador externo automático: es computarizado y analiza el ritmo cardíaco de una persona que está sufriendo un paro; también, determina eficazmente si el ritmo es desfibrilable. Puede ser totalmente automático (DEA) o semiautomático (DESA); ya sea que el socorrista active la descarga de energía o bien el propio dispositivo proceda solo a aplicar el choque eléctrico.
¿Cómo atender una emergencia mediante un desfibrilador externo automático (DEA)?
El DEA es un aparato electrónico pequeño, ligero y portátil que guía al usuario en la correcta detección de una urgencia cardíaca y la restauración del ritmo normal del corazón mediante un tratamiento eléctrico.
El 76,4% de los eventos ocurren en presencia de terceros, familiares o amigos. Fuente: Revista Española de Cardiología |
Pese a su simpleza operativa, resulta de suma importancia conocer cómo se debe proceder ante este tipo de emergencias:
- Frente a un evento cardíaco: actuar de modo inmediato. Mientras una persona realiza maniobras de rehabilitación RCP, otra debe preparar el entorno y el DEA.
- El individuo que opera el DEA tiene que encenderlo y seguir las instrucciones de voz. Algunos dispositivos lo hacen de modo automático al abrirse su tapa.
- Se tienen que colocar los electrodos, dos almohadillas adhesivas con sensores, en el pecho de la persona que sufre el paro cardíaco.
- Los electrodos envían información acerca del ritmo cardíaco a un procesador ubicado en el DEA, el cual analiza el ritmo para determinar si resulta necesario liberar una descarga eléctrica.
- De ser esta necesaria, el DEA usa las instrucciones de voz para indicar cuándo hay que presionar el botón para liberarla. En algunos dispositivos, las instrucciones de voz anuncian que una descarga será liberada y el DEA lo hace sin la intervención del usuario.
Como los desfibriladores son instrumentos para ser usados en situaciones críticas, un fallo de su funcionamiento puede producir un daño cardíaco o hasta provocar la muerte de un paciente que requiere una inmediata atención. Por ello, estos equipos deben ser revisados con periodicidad para asegurar que estén en perfecto estado, en caso de que fuera necesario utilizarlos.
Por año se registran aproximadamente 2 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en las Américas. Fuente: OPS |
De igual modo, se recomienda que se encuentren colocados de forma estratégica en establecimientos públicos o lugares de gran concurrencia, a fin de que puedan ser empleados por cualquier persona ante la emergencia de un paro cardíaco y proceder de modo inmediato a la reanimación de la víctima.
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